Emir del Khemed, Ben Kalish Ezab sufrirá como el general Alcázar los vaivenes del poder. Tintín lo conoce durante su primer viaje al Khemed, en el Oro negro. En aquella ocasión salva a su hijo Abdallah, un pillastre de la peor calaña, de las intrigas del Dr. Müller y de Bab El Ehr, enemigo del emir. Este último llega a ocupar el poder en Stock de coque, y Ben Kalish Ezab debe refugiarse en la clandestinidad. Poco después logrará recuperar su trono. El emir Ben Kalish Ezab no tiene piedad con sus enemigos, a los que suele empalar sin contemplaciones. Ciertos principios occidentales, como el respeto a los derechos humanos, le incomodan bastante, y por eso es incapaz de comprender a veces los gestos de Tintín. Sólo ante su hijo Abdallah revela lo dulce que puede llegar a ser su carácter, pero a condición, eso sí, de no ser víctima directa de sus bromas y añagazas.
martes, 16 de diciembre de 2008
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